Inclusión… ¿Rechazo social en el trabajo?
La inclusión en el ámbito laboral es un concepto ampliamente discutido, pero muchas veces mal comprendido o aplicado de manera insuficiente. El término "inclusión" hace referencia a la creación de un entorno en el que todas las personas, independientemente de sus características personales, puedan sentirse valoradas, respetadas y apoyadas. A nivel organizacional, la inclusión busca no solo permitir que una persona forme parte de un grupo, sino también que esa persona se sienta plenamente integrada y que tenga las mismas oportunidades de desarrollo profesional.
En este contexto, es crucial examinar otros conceptos como la equidad de género y la igualdad de género, que están estrechamente relacionados con la inclusión. La igualdad de género se define como un principio constitucional que garantiza que hombres y mujeres son iguales ante la ley, con los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad. Sin embargo, la equidad de género va más allá al reconocer las diferencias inherentes entre hombres y mujeres y abogar por un trato justo que considere esas particularidades para garantizar igualdad de acceso a oportunidades y derechos.
A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, la igualdad de género sigue siendo un desafío global. La brecha de género en los salarios, las oportunidades de promoción y las condiciones laborales persiste, evidenciando que aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera igualdad.
Igualdad y equidad de género: Diferencias clave
La diferencia fundamental entre igualdad y equidad de género radica en cómo se abordan las desigualdades. La igualdad implica tratar a todas las personas por igual, sin importar sus diferencias, mientras que la equidad se enfoca en ofrecer un trato justo que tenga en cuenta esas diferencias para garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades de éxito. En otras palabras, la equidad es el medio para lograr la igualdad.
Instituciones como el Instituto Nacional de las Mujeres han impulsado programas de certificación sobre equidad de género con el objetivo de fomentar la equidad en las organizaciones. Este programa busca institucionalizar políticas que promuevan la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo, condiciones laborales, desarrollo profesional, capacitación y participación en la toma de decisiones. Es un paso hacia la creación de ambientes de trabajo más equitativos e inclusivos.
Por su parte, la Secretaría de Economía ha implementado políticas de equidad de género que comprometen a la institución a promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, evitar la discriminación y generar un ambiente de trabajo respetuoso y libre de hostigamiento sexual. La equidad de género es, en este contexto, una herramienta clave para garantizar que las organizaciones funcionen de manera justa y respetuosa con todos sus miembros.
Inclusión y diversidad en el ámbito laboral
El término "inclusión" se ha vuelto un mantra en muchas organizaciones, pero su aplicación efectiva es más compleja. La inclusión implica crear un espacio donde todas las personas se sientan aceptadas y puedan participar activamente, independientemente de su identidad de género, orientación sexual, raza, edad o cualquier otra característica. En México, el panorama de inclusión en el trabajo ha mejorado, pero sigue habiendo casos de discriminación y rechazo social, particularmente hacia ciertos grupos como la comunidad LGBTTIQ+.
El movimiento LGBTTIQ+ es un movimiento social que lucha contra la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género. Aunque se han logrado avances significativos en términos de derechos para estas comunidades, como la legalización del matrimonio igualitario en todo México desde 2015, las personas LGBTTIQ+ continúan enfrentando discriminación en muchos ámbitos, incluido el laboral.
Según la Encuesta Nacional sobre la Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) de 2021, 5 millones de personas, lo que representa el 5.1% de la población mexicana, se autoidentificaron como parte de la comunidad LGBTTIQ+. Sin embargo, esta comunidad sigue enfrentando barreras y discriminación en sus lugares de trabajo, lo que afecta su desarrollo profesional y bienestar emocional.
Discriminación laboral y la ley en México
En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 1° que todas las personas tienen derecho a gozar de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que México sea parte. Además, se prohíbe la discriminación por razones de género, orientación sexual o cualquier otra condición que atente contra la dignidad humana.
El derecho al trabajo está garantizado por el artículo 123 de la Constitución, el cual está reglamentado en la Ley Federal del Trabajo (LFT). El artículo tercero de la LFT prohíbe explícitamente la discriminación en el empleo por origen étnico, género, discapacidad, condición social, religión, orientación sexual y otras razones.
Estos marcos legales buscan proteger a las personas contra la discriminación laboral, pero, en la práctica, muchos empleados, especialmente aquellos que pertenecen a grupos marginados, siguen experimentando exclusión y rechazo en sus lugares de trabajo. Las leyes están en su lugar, pero su aplicación y cumplimiento no siempre son efectivos.
Rechazo social y discriminación en el trabajo
A pesar de las leyes vigentes, la discriminación en el lugar de trabajo sigue siendo una realidad. Las personas LGBTTIQ+ enfrentan no solo discriminación basada en su orientación sexual e identidad de género, sino también discriminación múltiple cuando se les trata injustamente por otras características como la edad, el género, la discapacidad o el origen étnico. La intersección de estas características puede agravar aún más la exclusión y la desigualdad en el trabajo.
Estudios realizados por instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan patrones de discriminación y rechazo social en el entorno laboral hacia las personas LGBTTIQ+. Por ejemplo, el BID llevó a cabo un experimento de campo para medir la magnitud de la discriminación en las tasas de contratación en el mercado laboral. Los resultados mostraron una leve discriminación en contra de candidatos masculinos LGBTQ+ y una preferencia hacia las candidatas femeninas LGBTQ+ en comparación con mujeres heterosexuales. Esta tendencia podría estar vinculada a la percepción de los empleadores de que las mujeres lesbianas tienen un "riesgo" menor de ausencias por maternidad en comparación con las mujeres heterosexuales.
Por su parte, el INEGI realizó una encuesta sobre rechazo social en el trabajo, en la que se reveló que el 18.4% de la población no LGBT+ reportó haber sufrido algún tipo de rechazo social en el trabajo, mientras que el 28.1% de la población LGBTTIQ+ afirmó haber experimentado al menos una forma de discriminación o trato desigual en el último año. Estos datos subrayan la necesidad urgente de implementar políticas más estrictas y efectivas contra la discriminación en el ámbito laboral.
Avances en la protección de los derechos laborales
Uno de los avances más importantes en la lucha contra la discriminación laboral es la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que reconoce que la discriminación puede basarse en el sexo, el género y la orientación sexual. Además, esta ley enfatiza que formas de discriminación como la homofobia y la misoginia son inaceptables en cualquier entorno, incluidas las empresas.
El matrimonio igualitario, legalizado en 2015, también ha sido un avance clave en la lucha por la igualdad de derechos en México. Esto ha permitido que las parejas del mismo sexo accedan a beneficios laborales que antes estaban reservados únicamente para parejas heterosexuales, como la seguridad social, pensiones y seguros de vida. Sin embargo, a pesar de estos avances, la lucha por la igualdad en el ámbito laboral continúa.
Desafíos y pasos a seguir
A pesar de los esfuerzos por construir un entorno laboral más inclusivo y respetuoso, todavía queda un largo camino por recorrer. La discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género sigue siendo un problema significativo en muchos sectores, y es necesario seguir trabajando para garantizar que las leyes contra la discriminación se apliquen de manera efectiva. Esto incluye sensibilizar y capacitar a los empleadores y empleados sobre los prejuicios y estereotipos que perpetúan la exclusión.
En Uhthoff Gómez Vega & Uhthoff, hemos implementado un "Protocolo para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia Laboral, Discriminación por Razones de Género y Acoso u Hostigamiento Sexual", así como medidas para eliminar el trabajo forzoso e infantil. Este protocolo se basa en principios clave como la dignidad de la persona, un ambiente saludable y armonioso, la igualdad de oportunidades, la confidencialidad y la no revictimización. Con estas acciones, buscamos promover una cultura de igualdad de género y un clima laboral que fomente la erradicación de la violencia y la discriminación en el lugar de trabajo.
La inclusión es un desafío continuo que requiere el compromiso activo de empleadores, legisladores y la sociedad en su conjunto. Aunque se han logrado avances significativos, es esencial mantener el impulso hacia un futuro en el que todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, puedan disfrutar de una vida laboral plena y respetuosa.
Patricia Alejandra Meléndez Quiroz